La historia de nuestra marca nace de un momento de inmensa tristeza, pero también de amor, esperanza y transformación. Todo comenzó cuando Dara, mi fiel compañera de cuatro patas durante casi 16 años, fue diagnosticada con cáncer de pulmón. El diagnóstico fue devastador: no había opción de operación ni tratamiento debido a su avanzada edad y a la metástasis. Mi mundo cambió en un instante, y lo único que quería era aprovechar cada segundo que me quedaba con ella.
En ese momento, todo mi ser se enfocó en una sola cosa: aprovechar cada segundo que tuviera con ella. El dolor era inmenso, pero el amor que sentía por Dara me mantenía en pie. Quería estar fuerte por ella, aunque por dentro mi corazón se rompía. Mientras ella descansaba, buscaba una forma de ocupar mi mente, algo que me ayudara a sobrellevar la tristeza y a encontrar pequeños momentos de paz en medio de esa tormenta.
Así fue como empecé a crear pequeños envases de yeso. Sin darme cuenta, ese proyecto me regalaba breves momentos de calma, y en esos momentos de creación, sentí que, aunque todo se desmoronaba a mi alrededor, podía encontrar algo de luz. Pronto decidí llenarlos de cera y, sin planearlo, nacieron mis primeras velas, cada una de ellas impregnada de significado y amor.
Tres meses después, Dara nos dejó físicamente, pero su esencia sigue viva en cada rincón de mi vida, y especialmente en cada vela que creo. A través de ese proceso, lo que comenzó como una simple vía de escape para sobrellevar el dolor, se convirtió en un refugio, un lugar de sanación donde podía transformar mi tristeza en algo lleno de luz. Fue entonces cuando descubrí la magia de las velas y el poder de los aromas para calmar el alma y traer paz.
Sumergirme en el mundo de las velas, los aromas y la aromaterapia me permitió no solo sanar, sino también conectar con algo más grande. Y así, lo que empezó como un acto de consuelo personal, pronto se transformó en una pasión que hoy deseo compartir con el mundo. En 2024, decidí convertir esa pasión en una marca que honrara la memoria de Dara, pero también la de todos aquellos seres, humanos o animales, que dejan una huella imborrable en nuestras vidas.
Así nació Dara y Lissie, un tributo a mis dos compañeras de vida. Lissie, la hermanita de Dara, ha estado a mi lado todo este tiempo, brindándome el mismo amor incondicional que siempre nos unió. Aunque sufrió mucho con la partida de Dara, juntas hemos encontrado consuelo en el amor que compartimos y en las pequeñas cosas que nos recuerdan a ella. Cada vela que elaboro lleva consigo ese amor y esa luz que Dara y Lissie me han dado, como un recordatorio de que siempre hay belleza incluso en los momentos más oscuros.
Cada vela de Dara y Lissie está diseñada para no solo iluminar tu hogar, sino también para calmar el corazón y transformar el ambiente. Creemos profundamente en el poder de los aromas para sanar, transformar y traer bienestar. Queremos que nuestras velas sean una fuente de luz y paz en tu vida, tal como lo fueron para mí en los momentos más difíciles.
Este proyecto es un homenaje a Dara, a Lissie, y a todos esos ángeles que nos acompañan en la vida, mostrándonos el amor más puro. Queremos que, cuando enciendas una de nuestras velas, sientas ese abrazo cálido que solo ellos saben dar. Porque detrás de cada vela hay una historia, una chispa de amor que busca iluminar tus momentos y recordarte que, incluso en la oscuridad, siempre hay una luz esperando a brillar.